"CUANDO YO SEA LEVANTADO EN ALTO,
ATRAERÉ A TODOS HACIA MÍ" (Jn 12, 32.)

Caifás pronunció estas proféticas palabras: "Conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca" (Jn 15).
Jesús muere por la humanidad y sólo algunos discípulos lo acompañan en su martirio: María su madre, Magdalena, Juan, y otras otras valientes mujeres que sellaron su compromiso con Jesús y su Reino.
Durante este Triduo Santo contemplamos a Jesús crucificado y a todos los crucificados de este mundo: enfermos, lisiados, diferentes, angustiados, sin trabajo, sin dinero para satisfacer sus necesidades básicas; los que sufren soledad, migrantes que huyen de las guerras,...
... y démonos en un servicio de amor por los más necesitados y sufrientes de este mundo. CHAGALL
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