¿Cómo es el Dios de nuestra fe?
Muchos cristianos se imaginan a Dios como un ser infinito, omnipotente,
creador del cielo y de la tierra, que vive solo en el cielo y tiene a sus pies
toda la creación. Es un Dios bondadoso, pero solitario. Esta es la fe del
Antiguo Testamento, de los judíos, de los musulmanes y comúnmente de los
cristianos.
Necesitamos pasar de la soledad del Uno a la comunión de los divinos
tres, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Al principio está la comunión
entre tres, la riqueza de la diversidad, la unión como expresión de entrega y
donación de una persona divina o las otras. Si Dios significa tres personas
divinas en eterna comunión entre sí, entonces hemos de concluir que también
nosotros, sus hijos e hijas, estamos llamados a la comunión. Somos imagen y
semejanza de la Trinidad, somos seres comunitarios. La soledad es el infierno.
Nadie es una isla. Estamos rodeados de personas, de cosas y de seres por todas
partes.
La santísima Trinidad, nos invita a mantener relaciones
de comunión con todos, dando y recibiendo, construyendo todos juntos una
convivencia rica, abierta, que respete las diferencias y beneficie a todas las
personas y a todo lo que nos rodea.
La santísima Trinidad es
nuestro programa de vida: hacer posible la comunión, participación,y donación en el mundo y espacios donde transcurre nuestra existencia.
EN EL
NOMBRE DEL PADRE,DEL HIJO Y DEL ESPÌRITU SANTO.
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