jueves, 2 de agosto de 2018

UNA MUJER VISIONARIA Y AUDAZ

SANTA  MARÍA EUFRASIA PELLETIER, FUNDADORA DE LA CONGREGACIÓN DEL BUEN PASTOR EN 1835,
ABRIÓ SU CORAZÓN A LA MUJER DESVALIDA DE SU SIGLO.

Algunos párrafos de sus conferencias a las hermanas: 

"Todo debe contribuir a su progreso en el camino de la perfección...En una palabra, amadas hijas, sean santas, porque sirven a un Dios que es santo y cuya voluntad es que sean santas (Lv 11,44). 
Qué vida tan hermosa la de una religiosa que, ofreciéndose cada día a Dios como una hostia viva, ocupándose únicamente de lo que agrada al Señor, puede decir con San Pablo: "Ya no soy yo quien vive sino que es Cristo quien vive en mí" (Gal 2,20). 

1   Cuando el cazador tiende su arco, apunta más alto del objeto que se propone alcanzar, porque es el modo de dar en el blanco. Igualmente deben hacer ustedes. Dirijan su puntería más arriba, a fin de dar en el punto a que aspiran. (Conf. 26)

"Dios es caridad". (Jn 4,8;4,16). Que el espíritu de caridad reine siempre en la Congregación. La hermosa virtud de la caridad, sin la cual carecen de esplendor todas las demás, es el fundamento de nuestra Congregación. Esforcémonos en perpetuarla entre nosotras. ¿Qué puede haber más bello, más deseable que la caridad, el amor lleno de cordialidad mutua? Debe haber un solo corazón para todos los cuerpos. Si no estamos unidas entre nosotras, tampoco lo estaremos con Dios, y no podremos obrar el bien. La caridad y el celo deben ser universales, extenderse a todo y abarcarlo todo. Mientras no tengamos esta caridad universal, estamos sentadas a la sombra de la muerte (Le 1,79).
Graben en sus corazones la siguiente máxima: "Hagan ustedes con los demás como quieren que los demás hagan con ustedes" (Mt 7,12; Lc 6,3 l). No presten sus oídos a palabras que empañan la reputación de sus prójimos. No debe haber entre ustedes discusiones ni desavenencias. Donde no hay unión no hay prosperidad. No echen en rostro a nadie defectos de los que no son responsables, como la pobreza, la ignorancia. Esfuércense en juzgar siempre favorablemente a los demás y eviten los juicios temerarios.
Respétense mutuamente. No sean egoístas, éste es el defecto más opuesto a la caridad tierna y afectuosa. Que reine entre ustedes la mayor cordialidad. Cuiden caritativamente unas de otras.
No disminuyan nunca el mérito de sus Hermanas. Cuando se alabe a alguna de ellas en presencia de ustedes, añadan a las alabanzas cuanto bueno puedan decir. Con este acto de caridad quedarán disimulados muchos de sus defectos.
Sea la caridad, amadas hijas, como alas merced a las cuales puedan emprender raudo vuelo y subir a grandes alturas de perfección.

3.      ANTE TODO CARIDAD PARA CON USTEDES MISMAS

. . . Ante todo tengan caridad para con ustedes mismas, esto es, celo ardiente por sus progresos en la vida interior, sin lo cual no sería posible que tuvieran verdadera caridad y celo por el bien de quienes les están confiadas y que ustedes deben alimentar de la superabundancia de la caridad que reina en sus corazones.

Hay que formar los corazones y para formarlos es necesario instruimos, es decir, luchar contra la ignorancia, esclarecer nuestra fe por medio del estudio de las verdades que profesa la Iglesia.




4     

No hay comentarios:

Publicar un comentario