NO NOS ADELANTEMOS
No adelantemos la Navidad.
Adviento es un mes de asombro, de sorpresa porque llegará el Hijo a visitarnos. Estemos como unos padres que esperan a su hijo; lo han visto en ecografías formándose en el seno materno, pero un tanto a oscuras ya que no saben como será cuando nazca y lo tengan en brazos. Los meses de preparación, las ansias de que llegue sanito, el gozo de recibirlo, van influenciado al ser que nace.
En el mes de Adviento, los cristianos también nos preparamos para recordar a Jesús que ya vino, cuando se cumplió el gran misterio de la Encarnación en el seno de María, y su nacimiento.
Y en el Apocalipsis 22,7 encontramos de nuevo la afirmación de la "otra" venida del Señor. “¡He aquí que vengo pronto!”. El Espíritu y la esposa dicen: “¡Ven!” El que oye diga: “¡Ven!” El que tiene sed, venga. El que quiere, tome del agua de vida gratuitamente.
A lo largo del Nuevo Testamento, la invitación a estar atentos y preparados porque el Señor llega a la hora menos pensada, es una constante (Mateo 24. Marcos 13. Lucas 21). Es necesario estar atentos y vigilantes:
A lo largo del Nuevo Testamento, la invitación a estar atentos y preparados porque el Señor llega a la hora menos pensada, es una constante (Mateo 24. Marcos 13. Lucas 21). Es necesario estar atentos y vigilantes:
“ y que todo nuestro ser, el espíritu, el alma y el cuerpo,
se conserve sin mancha
hasta la Venida de nuestro Señor Jesucristo” (1 Ts 5, 23).
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