EL ITINERARIO DE
FE DE SANTA MARÍA EUFRASIA:
El Papa
emérito Benedicto XVI, en su carta apostólica, “Portas Fidei” expresa el deseo
que este Año de la Fe “… suscite en todo
creyente la aspiración a confesar la fe con plenitud y renovada convicción, con
confianza y esperanza” (N°9)
“Permanezcan firmes en Dios, como una roca en el mar”
Santa María
Eufrasia cuya fiesta
celebramos en este mes, (24 DE ABRIL)es una testigo cercana y muy querida, que
nos puede ayudar a vivir en fidelidad este llamado, este tiempo de gracia.
Lo
primero que podemos destacar en ella con respecto a la vivencia de su profunda
fe es su convencimiento que el primer acto con que se llega a la fe es un don
de Dios y acción de la gracia que actúa y transforma a la persona hasta lo más
íntimo: “La fe raíz y fundamento de las
más grandes virtudes es un don de Dios. Si nos anima una fe viva, veremos a
Dios en todo y nos entregaremos totalmente a El con plena libertad”[1]
Estas
palabras están confirmadas con su misma vida. El germen precioso de la fe
recibido en su bautismo fue cultivado en su vida familiar y consagrada,
produciendo maravillosos y heroicos frutos. Tomada de la mano de Dios descubre
los caminos para fortalecer su fe, asumir las dificultades, luchar, evangelizar
y fiarse de su Señor. Es esta profunda experiencia de encuentro con su Dios y
de su amor gratuito la que hace de ella una apóstol, mujer de confianza
inquebrantable, creciente, activa, contagiosa. Podríamos decir que fue el
principio pedagógico de su relación liberadora con niñas, jóvenes, mujeres
adultas, hermanas, colaboradores y personas con quienes se relaciona.
Anclada
en esta confianza, deja que Dios irrumpa en su vida y la conduzca por caminos
insospechados e inéditos (cf. Is. 55, 8 y 9). Como Abraham se pone en camino
desarraigándose de todas “sus seguridades” y va a fundar en Angers, a pesar de
las aprehensiones de sus hermanas.
Un momento de silencio
Oremos: Santa María Eufrasia,
Mujer de grandes horizontes, y
patrona de las mujeres desvalidas,
intercede ante Jesús Buen Pastor,
para una verdadera toma de conciencia
de la dignidad de cada mujer, en el mundo
y el actuar en consecuencia,
respetando su persona, y sus espacios,
particularmente el de su familia y su trabajo. AMEN.
Continuará…
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