UN CAMINO MARCADO POR LA ESPERANZA
Las
contradicciones, persecuciones que sufrió como consecuencia de este salto en
la fe que significó la fundación de una nueva Congregación, (El Buen Pastor) en
nada debilitó esta confianza en la bondad, cercanía de Dios. “Si Dios está con
nosotros, ¿quién estará contra nosotros? (cf. Rom. 8,31) era la profunda
convicción que animaba la vida y acción de nuestra fundadora.
Esta
misma confianza en que su Pastor no le faltará, la define como una mujer de paz
que ni siquiera fue alterada por las graves situaciones que conllevó la
fundación: “Hija mía, puedo decirle que sé todos los informes que han dirigido
en mi contra; estoy en paz. Prefiero mil veces ser acusada que acusadora”[1]
Las
circunstancias, las dificultades no la desanimaban. La animaba la certeza que
su Pastor se preocupaba por ella. En la guiaba por senderos de justicia. Su
confianza la llevó a ser mujer de esperanza
optimista. En sus cartas leemos a menudo: “en el seno de las cruces, hay
siempre grandes gracias”.
Abierta a la vida, disponible porque “el señor es su
pastor y la conduce a fuentes tranquilas, recrea sus fuerzas; la guía por
senderos de justicia en gracia de su nombre (cf. Sal. 23, 1-3)
Un momento de silencio
Digamos: Santa María Eufrasia,
Mujer de grandes horizontes, y
patrona de las mujeres desvalidas,
intercede ante Jesús Buen Pastor,
para una verdadera toma de conciencia
de la dignidad de cada mujer, en el mundo
y el actuar en consecuencia,
respetando su persona, y sus espacios,
particularmente el de su familia y su trabajo. AMEN.
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