Caminada: deseos y meta
La historia del ser humano es un peregrinaje, un caminar hacia
una meta. A través de nuestras vidas van surgiendo sueños, deseos de logros, a veces pequeños y a veces
grandes. Estos deseos pasan por lo que
vamos viviendo en el seno de nuestras familias. Deseamos tener lo que nos hace más dignos, más felices; ser amados. Con el tiempo deseamos salir de nosotros
mismos: ser buenos, sensibles, cordiales; ayudar a otros.
Somos seres de deseos; los vamos soltando haciéndolos historia, superándolos no sólo en el
colegio, en la universidad, en el trabajo, en las relaciones de familia, en lo social, en nuestro entorno natural, en el cosmos, sino respecto a
nosotros mismos, disminuyendo egoísmos, caminos tortuosos, manipulaciones materialismo…
Me detengo a contemplar el sentido profundo
de la vida, particularmente de la mía, en el ámbito del ser. En esta instancia escucho y adoro la voz
de OTRO que me llama a construir mi historia con un sello de esperanza, más
allá de lo pasajero: el deseo de una historia que se proyecte fuera del espacio y del tiempo.
El deseo, amasado durante los años con el fuego de la Palabra,
se va haciendo gestor de nuevas fuerzas sembradas en los surcos de esperanza de
la humanidad.
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