PADRE ESPIRITUAL DE
NUESTRA SEÑORA DE LA CARIDAD DEL BUEN PASTOR
Estas
palabras dirigidas a las Hermanas religiosas en el siglo XVII, igualmente hoy pueden
ser acogidas en los corazones de los y las buscadores de Dios.
“Cuando tengan la
ocasión de ayudar a un alma, cosa que sucederá frecuentemente si están
vigilantes – no la ignoren nunca. Primero que nada, recen a nuestro Señor para
que por su gracia puedan cuidarlas según las exigencias de su vida consagrada,
y sus habilidades naturales. Denle todo el cuidado, la atención y el afecto
posible, como si fuere lo más importante que tienen que hacer, como si todo el
bienestar temporal y la vida del mundo dependieran de ella.
Y hagan todo solo
por amor a Jesús y para que Dios pueda ser amado y glorificado en las almas por
toda la eternidad. Consideren como una gran gracia y bendición el poder gastar
todo el tiempo, todas sus fuerzas, toda la vida y todos los tesoros del mundo,
si los tuvieran, para salvar un alma, por la cual Jesús ha derramado su sangre,
regalando su tiempo, su fuerza y toda su vida”.
ü Poder ayudar es un don que podemos cultivar.
ü Ayudar a otros /as a encontrarse con Jesucristo, es una gracia que al
Espíritu podemos invocar.
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¿Me considero discípulo
misionero/a de JC procurando evangelizar, con mis actitudes, palabras…?
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