“Desde el primer momento
de mi vida el Señor quiso tomar posesión de mí…”
Con estas palabras María
Dröste narra en su autobiografía lo sucedido el día de su
nacimiento. El 8 de
septiembre de 1863 nacen en el castillo de Darfeld Münster, los gemelos María y
Max.
Para nuestra querida
María, la primera gracia recibida de parte de Dios fue ser bautizada
inmediatamente después de nacer, donde recibe el nombre de María. Nombre que
significó compañía, fidelidad y testimonio en su seguimiento al amado Corazón
de Jesús. Nuestra Señora (como suele llamarla) fue siempre una buena madre para
ella y las fechas mas memorables de su vida coinciden, en buena parte, con las
fiestas de la virgen.
Damos gracias a Dios por
la vida de ésta mujer fuerte y sensible a la voz de sus hermanas, los/as más
pobres con quienes compartió lo que tenía. Por ser una mujer atenta a la voz
del Divino Corazón de Jesús que la llamaba con insistencia a ser la esposa de
su Corazón.
La Beata María Droste hoy
nos invita hacer nuestras las palabras que Jesús le dirigió: Él me había dicho
que por mi conducta, yo debía hacer resplandecer su dulzura y su amabilidad en
los corazones de los otros, que debía ser como el sol que hace desaparecer las
tinieblas. Debía irradiar la alegría y la paz en todas partes, de suerte que
por mi presencia toda tristeza y pena desapareciera.
Beata María Droste
Alcánzanos la gracia de
penetrar en las riquezas del Corazón de Cristo.
Hna. Carolina Madariaga
Fuente: www.buenpastor.cl
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