sábado, 15 de noviembre de 2014

ACOGER, AMAR, PERDONAR.

La Iglesia tiene que ser el lugar de la misericordia gratuita,
 donde todo el mundo pueda sentirse acogido, amado, perdonado
 “Nuestro dolor y nuestra vergüenza por los pecados de algunos miembros de la Iglesia, y por los propios, no deben hacer olvidar cuántos cristianos dan la vida por amor: ayudan a tanta gente a curarse o a morir en paz en precarios hospitales, o acompañan personas esclavizadas por diversas adicciones en los lugares más pobres de la tierra, o se desgastan en la educación de niños y jóvenes, o cuidan ancianos abandonados por todos, o tratan de comunicar valores en ambientes hostiles, o se entregan de muchas otras maneras que muestran ese inmenso amor a la humanidad que nos ha inspirado el Dios hecho hombre” (n. 76). Evagelli Gaudium, Papa Francisco.

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