sábado, 1 de noviembre de 2014

LA SANTIDAD DE VIDA

Somos invitados a ser santos y santas de Dios.

¿QUIÉN ES SANTO, SANTA? JESÚS NOS DEJA UNA VARA BIEN ALTA YA QUE NOS DICE: "SEAN SANTOS COMO DIOS ES SANTO". 
Miremos a Jescristo, y veremos la santidad del Padre. El es todo misericordia, ternura y compasión hacia los que sufren y son marginados; sana las enfermedades, perdona los pecados y levanta de situaciones de postración. "ÁMENSE UNOS/AS A OTROS/AS, COMO YO LOS HE AMADO" nos dice.

Dios nos hace capaces y  disponibles para dejar que Dios actúe en nosotros y se cree una comunión especial con Él hasta llegar a  hablar con Dios como un amigo habla con el amigo. 
"Quien tiene esta vinculación con Dios, quien mantiene un coloquio ininterrumpido con Él, puede atreverse a responder a nuevos desafíos, y no tiene miedo; porque quien está en las manos de Dios, cae siempre en las manos de Dios. Es así como desaparece el miedo y nace la valentía de responder a los retos del mundo de hoy".Benedicto XVI, L'Osservatore Romano, 6 de octubre de 2002.
Muchos cristianos son perseguidos, despojados, rechazados; ellos no temen confesar su fe en Jesucristo y mueren mártires. Esto sucede actualmente en Asia Menor, en África. 

¿Y nosotros, damos y nos damos hasta que duela, como decía San Alberto Hurtado? 
Los que nos precedieron y gozan de Dios, así lo hicieron.




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