Hoy 8 de diciembre celebramos la fiesta de la
Inmaculada Concepción de María, quien fue concebida por sus padres Joaquín y Ana, libre de todo pecado por una gracia amorosa de la Misericordia de Dios. Por eso se la llama Inmaculada y Purísima. María preparada de modo singular por la Trinidad, es la Puerta Santa por donde entró a nuestro mundo, el Hijo de Dios.
La Puerta Santa de la Basílica de San Pedro en Roma, la abrió hoy el Papa Francisco para inaugurar el Año Santo de la Misericordia, que durará hasta el 20 de noviembre de 2016. El Jubileo de la Misericordia podrá convertirse para nosotros en una experiencia viva de la cercanía del Padre, que nos abraza y nos toca con la ternura de su corazón y de sus manos y nos libera del mal que nos oprime y encarcela. Aprendamos a ser compasivos y misericordiosos como el PADRE, no sea que se nos haga demasiado tarde.
La Puerta Santa de la Basílica de San Pedro en Roma, la abrió hoy el Papa Francisco para inaugurar el Año Santo de la Misericordia, que durará hasta el 20 de noviembre de 2016. El Jubileo de la Misericordia podrá convertirse para nosotros en una experiencia viva de la cercanía del Padre, que nos abraza y nos toca con la ternura de su corazón y de sus manos y nos libera del mal que nos oprime y encarcela. Aprendamos a ser compasivos y misericordiosos como el PADRE, no sea que se nos haga demasiado tarde.
El Papa Francisco nos dice: "Mi
pensamiento se dirige también a los presos, que experimentan la limitación de
su libertad. El Jubileo siempre ha sido la ocasión de una gran amnistía,
destinada a hacer partícipes a muchas personas que, incluso mereciendo una
pena, sin embargo han tomado conciencia de la injusticia cometida y desean
sinceramente integrarse de nuevo en la sociedad dando su contribución honesta.
Que a todos ellos llegue realmente la misericordia del Padre que quiere estar
cerca de quien más necesita de su perdón. En las capillas de las cárceles
podrán ganar la indulgencia, y cada vez que atraviesen la puerta de su celda,
dirigiendo su pensamiento y la oración al Padre, pueda este gesto ser para
ellos el paso de la Puerta Santa, porque la misericordia de Dios, capaz de
convertir los corazones, es también capaz de convertir las rejas en experiencia
de libertad”.
Oración
Manda tu Espíritu y conságranos a
todos y todas con su unción
para que el Jubileo de la
Misericordia sea un año de gracia del Señor
y tu Iglesia pueda, con renovado
entusiasmo, llevar la Buena Nueva a los pobres
proclamar la libertad a los
prisioneros y oprimidos
y restituir la vista a los ciegos.
Te lo pedimos por intercesión de
María, Madre de la Misericordia,
a ti que vives y reinas con el Padre
y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos.
Amén.
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