INAUGURACIÓN DE DOS MURALES EN LA ENTRADA DE LA CASA EN SAN FELIPE
Un 25 de mayo de
1855, llegaban a San Felipe siete
religiosas de la Congregación Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor,
elegidas personalmente en Angers, Francia, por la fundadora M. Eufrasia
Pelletier. Desde Francia a Valparaíso, y
desde allí a Santiago, les tomó su tiempo; llegaron por fin a Curimón donde pernoctaron, y
al día siguiente a la salida de la misa, eran esperadas por el pueblo con un
carruaje para cada hermana, escoltado por huasos a caballo. Al entrar en la
ciudad de San Felipe todas las campanas echaron a volar: “… hasta de lejos se oían los sonidos de
alegría: campanillas, incienso, hasta el punto que hubo quienes querían tocar
nuestros vestidos…” cuentan las hermanas viajeras. Llegaron al famoso Beaterio del Tránsito cuyos
miembros anhelaban convertirse en Congregación religiosa. El arzobispo de
Santiago Mons. Valentín Valdivieso les ofreció fusionarse con el Buen Pastor y el
Beaterio pasó a la Congregación con
siete de sus 14 miembros, y así comenzó la primera formación de novicias
del Buen Pastor en esta ciudad, y en Chile y en hispano América.
Se han cumplido
160 años desde la fundación del Buen Pastor en San Felipe. El Buen Pastor, en
el relato bíblico, cuida su rebaño y va tras la oveja que se le ha perdido;
defiende a sus ovejas de los lobos, la lleva a buenos pastos y fuentes de agua.
No hicieron otra cosa las hermanas del Buen Pastor, quienes buscaban a las
personas más frágiles y víctimas de todo tipo de abusos, niñas, jóvenes y
mujeres privadas de libertad. Se les enseñó a amarse a sí mismas, y a
encontrarse con Dios. Se continuó con la Escuela que tenía el Beaterio donde se
instruían en la educación formal, y además aprendían a trabajar en las
múltiples faenas del convento, que más tarde les servirían para enfrentar el
futuro.
Con corazón
agradecido, las hermanas del Buen Pastor hemos querido hacer memoria de esta
importante fecha, inaugurando dos murales que se encuentran en la fachada de la
casa. Ellos serán testimonio de 160 años de vida del Buen Pastor, un retazo de
entrega y amor escrito en la historia de San Felipe
Para el diseño
del mural se llamó a concurso de dibujo a niños, niñas y jóvenes de los Colegios del Buen Pastor en
Ovalle, Santiago y Concepción, desde primeros básicos a cuartos medios. Los
temas fueron: Las Parábolas de la Misericordia (El Hijo Pródigo, la Mujer
adúltera, El Buen Samaritano), dos salmos de la misericordia (s.23 y 102); el viaje de las Hermanas desde Francia,
su llegada a San Felipe y la fundación
de la Congregación. Un jurado ad hoc hizo la selección de los dibujos de
acuerdo a los requisitos planteados.
La persona
elegida para realizar este trabajo fue la ceramista, artista artesanal Sra.
Mónica Cortés Piffaut, de vasta experiencia y reconocida labor en el Valle de
Aconcagua.
Ella recreó los diseños de los niños, y los ejecutó empleando arcilla italiana roja y blanca para modelado manual. Cada placa fue
realizada a mano y esculpida con herramientas manuales y en su decoración y uso
de color, se utilizaron engobes y esmaltes para baja temperatura. El mural a la izquierda de la entrada de la
casa, muestra el viaje, la llegada, instalación de las viajeras y su misión, en
forma de mini historia. El mural de la derecha muestras distintas escenas, está diseñado en un sistema de viñeta con
escenas independientes pero con una temática en común, las Parábolas del
Buen Pastor.
El trabajo
artesanal de la obra y su estilo naïf, le dan un toque de frescura que engarza con
las raíces de nuestra tierra. En cada mosaico podemos sentir la arcilla, la
tierra, el fuego, los colores, y los olores de la naturaleza con un lenguaje
que llega directo al corazón, a los sentimientos, al cuerpo.
Sentimos emoción
y admiración, ya que aquí está retratada una Historia en movimiento, la realización de una obra en pro
de la dignidad de la mujer.
Sentimos gozo por
la realización de los murales, y agradecemos muy sentidamente a la
Municipalidad de San Felipe y a la administración internacional de la Congregación del Buen Pastor que hicieron
posible su financiamiento, con generosos aportes; damos gracias a Mónica Cortés, por su lindo trabajo
artístico y a sus colaboradoras Hna. Leticia Cortés, Ester Oróstica, Sandra
Astudillo y Cecilia Escalona, también a los instaladores de los mosaicos, don
Sergio Ferreira y don Antonio Arraya.
Cuando pasen por
la calle Santa M. Eufrasia y observen los murales, sepan que el Buen Pastor
late en el Corazón de San Felipe.
San Felipe, Diciembre 02,
2015
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