NO SON TRES
DIOSES, SINO UN SOLO DIOS EN COMUNIÓN DE PERSONAS.
EL PADRE
Jesús siempre
llamó a Dios Abba, que quiere decir "papá". Si uno llama a Dios Padre
es porque se siente hijo. En el Hijo,
el PADRE nos imaginó como hijos e hijas suyos y, por tanto, como
hermanos y hermanas del Hijo. Desde siempre estábamos en el corazón del Padre.
Allí están nuestras raíces.
Este Padre es de
infinita bondad y misericordia. Jesús si se muestra misericordioso con los pecadores
es porque está imitando al Padre celestial, que es fundamentalmente
misericordioso y ama a los ingratos y malos (Lc 6,35).
EL HIJO
El que llama a
Dios papá se siente su hijo querido. Y, de hecho, Jesús dice: "Nadie
conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera
manifestar" (Lc 10,22). En la oración Jesús revelaba su unión e intimidad
con el Padre. Entonces podía decir: "Yo y el Padre somos una sola
cosa" (Jn 10,30). Se sentía Hijo, pero con la misma naturaleza del Padre,
viviendo una misma comunión.
EL SANTO
ESPÍRITU
El Padre nos
alcanza y nos abraza con el Espíritu Santo. El Espíritu actuaba desde siempre
en la tierra, fomentando la vida, animando a los profetas, a los sabios,
inspirando a quienes escribían la Sagrada Escritura, … El moró en María
Virgen, por eso lo que nace de María, como dice san Lucas, será llamado Hijo de
Dios (Lc 1,35) Jesús estaba lleno del
Espíritu. Por eso era el hombre nuevo, totalmente libre y liberado de todas las
ataduras históricas. En la fuerza del Espíritu Jesús lanza su programa
mesiánico de liberación de toda atadura, y nudos de maldad, particularmente del
pecado. Es el Espíritu el que en la
misión permite ver y realizar la unidad en la pluralidad de naciones y de
lenguas.
El Espíritu y Cristo siempre estarán juntos para
conducir de nuevo a la creación al seno de la santísima Trinidad.
Si queremos
estar unidos a la santísima Trinidad, hemos de seguir el mismo camino que
Jesús: rezar con intimidad, actuar con radicalidad por la justicia y la comunión
y aceptar la misma muerte como forma de entrega total y de comunión última
hasta con los enemigos.
L. Boff, ccon
adaptaciones.
Buenos días. Quisiera conocer el texto original de Boff y su fuente. Gracias.
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