HACIA LA PASCUA DE JESÚS
Queridos hermanos y hermanas,
la “Cuaresma” del Hijo de Dios fue un entrar en el desierto de la creación para hacer que volviese a ser aquel jardín de la comunión con Dios que era antes del pecado original (cf. Mc 1,12- 13; Is 51,3).
Que nuestra Cuaresma suponga recorrer ese mismo camino, para llevar
también la esperanza de Cristo
a la creación, que «será liberada de la esclavitud de la corrupción para entrar
en la gloriosa libertad de los
hijos de Dios» (Rm 8,21). No dejemos transcurrir en vano este tiempo favorable.
Pidamos a Dios que nos ayude
a emprender un camino de verdadera conversión. Abandonemos el egoísmo, la
mirada fija en nosotros mismos, y dirijámonos a la Pascua de Jesús; hagámonos prójimos de nuestros hermanos y
hermanas que pasan dificultades,
compartiendo con ellos nuestros bienes espirituales y materiales. Así,
acogiendo en lo concreto de nuestra vida la
victoria de Cristo sobre el pecado y la muerte, atraeremos su fuerza
transformadora también sobre la creación.
Parte final del Mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma de 2019.
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