viernes, 14 de junio de 2019

¿Cómo es el Dios de nuestra fe? 

Muchos cristianos se imaginan a Dios como un ser infinito, omnipotente, creador del cielo y de la tierra, que vive solo en el cielo y tiene a sus pies toda la creación. Es un Dios bondadoso, pero solitario. Esta es la fe del Antiguo Testamento, de los judíos, de los musulmanes y comúnmente de los cristianos.

Necesitamos pasar de la soledad del Uno a la comunión de los divinos tres, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Al principio está la comunión entre tres, la riqueza de la diversidad, la unión como expresión de entrega y donación de una persona divina o las otras. Si Dios significa tres personas divinas en eterna comunión entre sí, entonces hemos de concluir que también nosotros, sus hijos e hijas, estamos llamados a la comunión. Somos imagen y semejanza de la Trinidad, somos seres comunitarios. La soledad es el infierno. Nadie es una isla. Estamos rodeados de personas, de cosas y de seres por todas partes. 

La santísima Trinidad, nos invita a mantener relaciones de comunión con todos, dando y recibiendo, construyendo todos juntos una convivencia rica, abierta, que respete las diferencias y beneficie a todas las personas y a todo lo que nos rodea.


La santísima Trinidad es nuestro programa de vida: hacer posible la comunión, participación,y donación en el mundo y espacios donde transcurre nuestra existencia. 

EN EL NOMBRE DEL PADRE,DEL HIJO Y DEL ESPÌRITU SANTO.

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