sábado, 16 de enero de 2016


ESPIRITUALIDAD DE LA SIERVA DE DIOS JOSEFA FERNANDEZ CONCHA RELIGIOSA DEL BUEN PASTOR. 
1835-1928
(...CONTINUACIÒN II parte)

20-10-1953   Se inicia el Proceso Ordinario sobre la Heroicidad de sus Virtudes.
07-12-1974   Introducción de la Causa de Canonización


Su espiritualidad  inflamada de amor a Jesucristo, animaba su gran acción apostólica que la implicaba entera, cuerpo, alma, vida, voluntad y corazón. Hoy día destacamos  
SU SILENCIO ORANTE
-Contexto
Desde niña vivió  Semana Santa y  Solemnidades de la Iglesia, en oración y silencio progresando  con el tiempo en su profundización. Varias veces asumió el dolor de ver partir a seres queridos y padecer dos revoluciones, las de 1851 y 1859, que hicieron crisis en el Chile de entonces, las que, aunque abrieron caminos de libertad, produjeron cesantía, hambruna, deportaciones, luchas ideológicas y políticas ademas de los combates armados. Todos estos acontecimientos la hicieron sufrir, orar, madurar.¿Sacrificios, penalidades, incomprensiones? Los tuvo y múltiples, y los vivió como escuela de aprendizaje en el seguimiento de Cristo crucificado y resucitado.
Algunos textos bíblicos la marcaron como sello en su corazón:
-Inspiración bíblica.
A.T. “Fue oprimido y afligido, pero no abrió su boca; como cordero que es llevado al matadero, y como  oveja que ante sus trasquiladores permanece muda, no abrió El su boca”. Is. 53,7
N. T. “Mira de cuántas cosas te acusan.   Pero Jesús no respondió nada más; de modo que Pilato estaba asombrado. Mt 15,5”.

- Espiritualidad en acción
Josefa sobrellevó agresiones físicas por parte de jóvenes conflictivas con quienes trabajaba siendo novicia en Santiago y más tarde sufrió calumnias  y cartas insolentes, muchas de ellas anónimas y totalmente falsas. Acusada de separatista, y muchas  veces ofendida, nunca se defendió; al contrario reaccionó con bondad mientras su oración se hacía más intensa. Su serenidad y ecuanimidad tanto externa como interna, no hacían vislumbrar sus sufrimientos, los que ofrecía a Jesús uniéndolos a los de su Pasión. 
Había hecho suyas las palabras de su Fundadora, “sufre, calla, ora y espera”

(Continuará...)
JOSEFA nació en Santiago de Chile en 1835 y a los 27 años optó por la vida religiosa en la Congregación del Buen Pastor. Fue una mujer apostólica, que irradió vida, dinamismo, alegría en el amor a Dios. Toda empresa era poca para el fin de sanar a mujeres, jóvenes y niñas víctimas de abuso de toda índole. El celo de Dios la consumía de tal manera, que contagiaba a su familia, amistades, autoridades civiles y eclesiásticas, obreros, jóvenes… de modo que el carisma evangélico del Buen Pastor se expandía como aceite, impregnando los ambientes que ella tocaba.
Fundó 35 comunidades religiosas, Hogares para jóvenes, adultas y mujeres detenidas, en Chile, Uruguay, Argentina, Brasil y Paraguay. Compartió personalmente, las carencias y múltiples dificultades de los inicios de las Obras, dejando la impronta de su iniciativa, de su seguimiento de Jesús Buen Pastor y de su infatigable búsqueda de recursos y capacidad de entrega a Dios y a las personas..
                                La semilla del amor fue madurando progresivamente en ella.



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