viernes, 4 de marzo de 2016

DESARROLLO SOCIAL, UN DESAFÍO

La Congregación Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor en la 54ava sesión de la Comisión de Desarrollo Social en la ONU.

En el marco de su acción en Naciones Unidas, la Congregación de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor presentó una declaración para la 54ava sesión de la Comisión para el Desarrollo Social, que se realizó entre el 3 y el 12 Febrero de 2016.
Como sabemos, la Congregación tiene estatus consultivo en el Consejo Económico y Social de Naciones Unidas y, como tal, puede intervenir en distintos espacios. En esta reunión, cuyo tema era “Repensando y fortaleciendo el desarrollo social en el mundo contemporáneo”, la declaración se planteó como un aporte desde “las causas y efectos de la pobreza y sus consecuentes violaciones de derechos humanos y no empoderamiento de las mujeres, niñas, niños y comunidades locales”, y presentó experiencias de trabajo que ponen de relieve que cuando las personas están en el centro de su propio desarrollo pueden salir de la pobreza y disfrutar de una mejor calidad de vida.
El documento valora –críticamente- las iniciativas de NU referidas a los temas de Desarrollo Social. Si bien reconoce las intuiciones de la Declaración de Copenhague y del Programa de Acción de la Cumbre Mundial para el Desarrollo Social, señala que fue una guía negligente en la ejecución. Las intuiciones tuvieron que ver con poner a las personas en el centro del desarrollo, enfocándose en la erradicación de la pobreza, empleo y trabajo decente e integración social; y en reconocer “por primera vez en la historia” el significado del desarrollo social y el bienestar humanos para todos. Si bien los líderes de Estados y Gobiernos se comprometieron a dar la más alta prioridad a estos temas, no cabe duda que, pese a los avances, aún falta mucho.
El Buen Pastor valora la continuidad entre dichos documentos y la actual Agenda para el Desarrollo Sostenible 2030, sin embargo también señala que los compromisos para el desarrollo social son débiles. Asume que los retos para el desarrollo social son consecuencia de “un pilar social débil de pobreza -desigualdades, enormes disparidades de oportunidades, riqueza y poder, desigualdad de género, desempleo-, de desastres naturales, y una espiral de conflictos y crisis humanitarias”, estos fenómenos tienen un mayor impacto entre los sectores más empobrecidos. Lo mismo que la nueva realidad y efectos del cambio climático.
Desde la Misión y asumiendo las enseñanzas del papa Francisco, el Buen Pastor sostiene que el desarrollo social no puede ser alcanzado con el actual modelo de crecimiento económico, basado en un modelo de producción y consumo que funciona en la lógica de la maximización de beneficios y la competitividad extrema, señalando que “Es necesario desarrollar un nuevo paradigma y abrazar una reforma estructural y sistémica”. La declaración nos recuerda que el Papa “hizo un llamado a las cuestiones de los modelos de desarrollo, producción y consumo y propuso que soluciones integrales demandan un enfoque integral para combatir la pobreza, restaurar la dignidad a los excluidos y proteger la naturaleza” (Cfr. Laudato Si, Párrafo 139).

Las hermanas añaden que la Justicia Social debe estar en el corazón de cada esfuerzo y la atención debe enfocarse en las causas de la pobreza y la desigualdad. 

Continuará con dos experiencias signos...

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