La Congregación Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor
en la 54ava sesión de la Comisión de Desarrollo Social en la ONU.
En el marco de su acción en
Naciones Unidas, la Congregación de Nuestra Señora de la Caridad del Buen
Pastor presentó una declaración para la 54ava
sesión de la Comisión para el Desarrollo Social, que se realizó
entre el 3 y el 12 Febrero de 2016.
Como sabemos, la Congregación
tiene estatus consultivo en el Consejo Económico y Social de Naciones Unidas y,
como tal, puede intervenir en distintos espacios. En esta reunión, cuyo tema era
“Repensando y fortaleciendo el desarrollo social en el mundo contemporáneo”, la
declaración se planteó como un aporte desde “las causas y efectos de la pobreza
y sus consecuentes violaciones de derechos humanos y no empoderamiento de las
mujeres, niñas, niños y comunidades locales”, y presentó experiencias de
trabajo que ponen de relieve que cuando las personas están en el centro de su
propio desarrollo pueden salir de la pobreza y disfrutar de una mejor calidad
de vida.
El documento
valora –críticamente- las iniciativas de NU referidas a los temas de Desarrollo
Social. Si bien reconoce las intuiciones de la Declaración de Copenhague y del
Programa de Acción de la Cumbre Mundial para el Desarrollo Social, señala que
fue una guía negligente en la ejecución. Las intuiciones tuvieron que ver con poner
a las personas en el centro del desarrollo, enfocándose en la erradicación de
la pobreza, empleo y trabajo decente e integración social; y en reconocer “por
primera vez en la historia” el significado del desarrollo social y el bienestar
humanos para todos. Si bien los líderes de Estados y Gobiernos se
comprometieron a dar la más alta prioridad a estos temas, no cabe duda que,
pese a los avances, aún falta mucho.
El Buen
Pastor valora la continuidad entre dichos documentos y la actual Agenda para el
Desarrollo Sostenible 2030, sin embargo también señala que los compromisos para
el desarrollo social son débiles. Asume que los retos para el desarrollo social
son consecuencia de “un pilar social débil de pobreza -desigualdades, enormes disparidades
de oportunidades, riqueza y poder, desigualdad de género, desempleo-, de desastres
naturales, y una espiral de conflictos y crisis humanitarias”, estos fenómenos
tienen un mayor impacto entre los sectores más empobrecidos. Lo mismo que la
nueva realidad y efectos del cambio climático.
Desde la
Misión y asumiendo las enseñanzas del papa Francisco, el Buen Pastor sostiene
que el desarrollo social no puede ser alcanzado con el actual modelo de
crecimiento económico, basado en un modelo de producción y consumo que funciona
en la lógica de la maximización de beneficios y la competitividad extrema,
señalando que “Es necesario desarrollar un nuevo paradigma y abrazar una
reforma estructural y sistémica”. La declaración nos recuerda que el Papa “hizo
un llamado a las cuestiones de los modelos de desarrollo, producción y consumo
y propuso que soluciones integrales demandan un enfoque integral para combatir
la pobreza, restaurar la dignidad a los excluidos y proteger la naturaleza” (Cfr.
Laudato Si, Párrafo 139).
Las hermanas
añaden que la Justicia Social debe estar en el corazón de cada esfuerzo y la atención
debe enfocarse en las causas de la pobreza y la desigualdad.
Continuará con dos experiencias signos...
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