EL HIJO DE DIOS TOMA NUESTRA NATURALEZA
HUMANA.

Que
fuéramos tan humanos a la manera de Jesús, para ser transformados en Él y
llegar a ser sus semejantes…todos hermanos porque somos hijos de Dios, en
comunión, con una luz interior que irradia fraternidad y solidaridad.
El Papa
Francisco, nos dice en la Evangelii Gaudium, que
“Llegamos a ser plenamente humanos,
cuando somos más que humanos; allí está el manantial de la acción
evangelizadora. Porque si alguien ha acogido ese amor que le devuelve el sentido de la vida, ¿cómo puede contener el
deseo de comunicarlo a otros?
Navidad nos lleva a ser luz evangelizadora.
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